Los sindicatos que se oponen a las medidas de austeridad en Grecia iniciaron el martes su cuarta huelga general en lo que va de año.
Miles de manifestantes, tocados con gorros para protegerse
del sol del mediodía caminaron hasta el Parlamento durante la huelga general de
24 horas, que interrumpió los vuelos, el transporte público, los hospitales
estatales y otros servicios.
En las siguientes horas se planearon más manifestaciones,
mientras que las oficinas municipales permanecen cerradas por segundo día.
Aunque la marcha concluyó pacíficamente, los organizadores de la protesta
criticaron con denuedo al gobierno y la "troika" de los inspectores
de la deuda de la Unión
Europea , el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario
Internacional.
"Ustedes los políticos, atados a la troika, han violado
nuestras almas, han destruido nuestras vidas", dijo a los reporteros
Nikolaos Kioutsoukis, secretario general del mayor sindicato de Grecia, el
GSEE. "No pongan a prueba nuestra paciencia por más tiempo. Pasamos
hambre, no tenemos trabajo y somos pobres. No tenemos nada que temer y nada que
perder".
Hasta el momento, el sector público griego se ha librado de
los recortes laborales que han afectado al resto de la economía griega —con un
desempleo del 27%— desde que el país obtuvo su primer rescate internacional en
2010.
Sin embargo, el gobierno se ha visto obligado a recurrir a
más despidos —15.000 para finales de 2014 y 12.500 transferencias este año—
para seguir recibiendo los préstamos de contingencia del FMI y otros países de
la eurozona.
El Parlamento comenzó a debatir las nuevas medidas antes de
la votación anunciada para el miércoles. "Es una desgracia que el gobierno
diga que mejoran las cosas con un desempleo en un nivel tan alto. Es obvio que
con la economía en fase recesiva lo que necesitamos es un cambio de
rumbo", afirmó ante los periodistas Efklidis Tsakalotos, un legislador del
ala izquierda del principal partido de la oposición, Syriza.
"La gente que gobierna este país vive en un medio
diferente. Van a hospitales diferentes. Sus hijos van a escuelas diferentes y
no comprenden lo que sufre la gente". Los legisladores de Syriza se
congregaron luego en la escalinata del Parlamento y desplegaron un cartel que
decía "Despidan al gobierno, no a los trabajadores del sector público y
privado"