Un granjero en Holanda instaló un tobogán para que sus cerdos puedan divertirse y así crear mejores productos, según creencias tradicionales.
Una publicación del periódico “Herald Sun” dio a conocer que
los animales de Erik Steginkya, en la localidad holandesa de “Bathmen”, tenían
todas las condiciones óptimas para tener una vida saludable pues vivían al aire
libre, con espacio de sobra y muy bien alimentados.
Sin embargo, un día al visitar un parque acuático y ver unos
toboganes un poco más anchos de lo normal, Steginkya pudo imaginarse a uno de
sus cerdos jugando en él y comprendió que eso era lo que le faltaba para hacer
a sus piaras más felices.
Unas semanas después, el granjero compró un tobogán viejo de
un parque acuático que estaba cerca de su granja. Por lo que adaptó la
atracción para sus peculiares usuarios, haciéndolo un poco menos inclinado y
quitando las escaleras.
Los animales no tardaron en adaptarse al tobogán, con una
inclinación justa y equipado con una rampa de acceso especial. Los cerdos,
acostumbrados al nuevo entrenamiento, montan con entusiasmo en la atracción,
sabiendo que al final, en lugar de agua, les espera una piscina de lodo y sus
amados baños de barro.